Doce, quizás fueron catorce años. Necesidad de verla, pues sí, ya era el momento. Piso cuatro del hospital, la primera vez, de reojo, recién operado o en plena operación. Ahora desde que todo empeoró, me busca día y noche, siempre al pie de mi lecho, pelo largo, vestida de negro y sosteniendo una guadaña.
Recién pudo reparar del color verdoso y del olor insoportable al despertar a su lado, desnudo y con resaca, observó el lugar sombrío y recordó: Noche de Brujas. Baile. Licor. Drogas. Auto. Ruta al cementerio. Más drogas. Tumbas. Excavación. Besos y caricias.
Beto Carmona, casado por cuarta vez y acusado por haber maltratado a las ex esposas, tomaba tres pastillas al día y con esa medicación se sentía aliviado, aunque igual sentía que el corazón, poco a poco, se le caía. Un lunes, no aguantó más y se dirigió a la clínica, previa pelea a golpes con Roxana, su esposa actual, la enfermera de turno colocó el estetoscopio en el pecho, y, silencio, los latidos los tenía a la altura del estómago, el cardiólogo incrédulo indicó una radiografía abdominal, él y sus colegas quedaron en silencio al revisar la placa contra la luz. Para la siguiente consulta, a los 15 días, luego de un enfrentamiento nuevamente con su esposa, el doctor lo examinó y mediante una colonoscopía observó sorprendido que el corazón ahora se alojaba en el intestino grueso, le recetó un laxante, esperaron el efecto del medicamento, y al final de muchas deposiciones le indicaron que su corazón era una mierda.
Estamos a mil kilómetros de distancia. Me acercaré al borde del río, lanzaré la carta con mi petición. Mañana temprano cuando abras el grifo aparecerá. Si tu respuesta es afirmativa, escríbela en el mismo papel y devuélvela al río, seré paciente, aunque viaje contra la corriente.
Se retiró las gafas y colocó una muestra de sangre en el microscopio. Mientras se acercó al lente ocular, sus manos se acomodaron a la cintura, enfocó la mirada y… Lentes pulverizados, muestra destruida, mesa y piso agujereados. Superman, sonrió tímidamente.
Alberto y Judith. Ciudad peligrosa. Llovizna. Miradas cruzadas y coquetas en la calle. Ambos voltearon. Uno de ellos se detuvo primero. Ella paralizada y segura. Saludo de mano, conversación breve, abrazo de despedida. La vida siguió igual para ambos, él con una cartera bajo el brazo, ella con un reloj en el bolsillo derecho del abrigo.
Alvarito tuvo complicaciones de salud a partir de los 25 años de edad desde que incluyó en su alimentación una bebida china. La junta de médicos, donde fue internado, realizaron exámenes completos que tardaron 30 años, y sí, efectivamente encontraron una sustancia extraña en la sangre. Después de quedar paralizado parcialmente, universidades americanas y rusas estudiaron la infusión exótica por una década más y hallaron componentes biológicos que inmovilizan las células del organismo. Después de un buen tiempo (algo de 12 años), luego de distintas investigaciones, organismos de salud prohibieron su consumo. Hoy Alvarito tiene parálisis total, y es debido a su edad.