De tal palo, tal astilla

¡Ay mi madre Josefa! Viejita estás pues, me respondes solo con refranes. Siempre le busca tres pies al gato, no entiendo por qué se complica tanto la vieja. Los gatos no tienen pies, sí cuatro patas, posiblemente te han dado gato por liebre, le comento. Hijito, a caballo regalado no se le miran los dientes,Sigue leyendo «De tal palo, tal astilla»