Archivos por mes: febrero 2018
El limpiador
El grito se escuchó hasta su casa. Pues el comentó a su esposa, si le pasaba algo, avisaba.
Dios
Era un día perfecto para el suicidio. Busqué veneno, frasco terminado. Cogí el único cuchillo, sin filo. Amarré una soga, ésta se vino abajo por mi peso. Dios mío, ayúdame por favor, grité. Y todo cambió repentinamente.
Longevo
«La vida se pasa en un abrir y cerrar de ojos», es lo que siempre les comento en los almuerzos familiares a mis incrédulos tataranietos.
Ruleta rusa
Sólo me quedaba una bala. Cuatro personas temblaban de cada movimiento, el cañón reposaba en mi sien. Mis pulsaciones aumentaban cada segundo, pasé saliva y disparé. Abrí los ojos. Sonreí. Entregué el arma al siguiente, me arrodillé, miré al cielo, luego se nubló todo y caí.
Eco
En las montañas. En las montañas. Cada pregunta. Cada pregunta. Sin respuesta. Sin respuesta.
Papá
El niño se acercó al auto con una bolsa de caramelos, inmediatamente el conductor subió el vidrio oscuro, ambos vieron reflejados sus rostros, casi como una fotografía, cada uno por su lado, muy parecidos, pero nunca llegaron a reconocerse.
Eucaristía
Era domingo y aún no tenía ganas de conversar. Tomaba café y preparé un pan con salchicha. Prendí la tele, sintonicé un canal religioso. El pan es el cuerpo de Jesucristo y el vino es la sangre de nuestro Dios Padre, comentaba el párroco en plena eucaristía. Reflexioné en lo que acababa de escuchar, ySigue leyendo «Eucaristía»
Sé verlas al revés
Palíndromo es aquella palabra que es igual si se lee; de izquierda a derecha que de derecha a izquierda, comentó Ana a sus alumnos. Yo soy nueva en el colegio y a pesar de tener el ojo rojo hoy vamos a reconocer estas palabras con un simple ejemplo: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, dijo la profesora de una maneraSigue leyendo «Sé verlas al revés»
La parca
Escritorio gigante con luz natural, cigarros y vino no debo parar. Es ya media noche, se viene la parca, inquieta y distante; me mira de lado, se sienta y observa ¡no molestar! Ignoro y corrijo, lo leo otra vez. Escucha y se sienta, espera cortés. Dormido me quedo, con lápiz en mano, sin prisa corrigeSigue leyendo «La parca»