Estimados señores modernistas, antes de pasar a mejor vida, mis últimas palabras son: zuzón y zyzyn, pronunció el diccionario minutos antes de ser incinerado.
Archivos por mes: enero 2018
Cuatro pasos para no morir (resulta)
Los dos pies
No pude dormir más. El ruido provenía del pequeño almacén, al fondo del jardín. Salí. Estaba con lámpara en mano y descalzo. Iluminé mis pies, ambos cubiertos de lodo. La cadena estaba en el suelo. Empujé la puerta. La luz penetró al recinto, partículas de polvo revoloteaban el halo de luz. Los viejos muebles deSigue leyendo «Los dos pies»
Despedida
Cumplimos 10 años de casados y no le compré nada. Bueno, hace ya varios años que no le he regalado algo. Él en cambio, me ha sorprendido todo este tiempo con: flores, anillos y collares. Eran cerca de las 11 de la mañana, y no se había acordado de nuestro aniversario. Debe ser por loSigue leyendo «Despedida»
Poeta malito
Plasmó sus primeros poemas en hojas rayadas, pero su entusiasmo fue más grande que su talento. Dudó tanto de su escritura, que borraba versos, palabras y hasta las rayas de la misma hoja.
La caseta
Volvió a pasar, tal como ayer en la noche. El vigilante, tenía la humilde función de abrir la puerta a proveedores que dejaban facturas en el viejo almacén pesquero. El desorden y abandono se había apoderado de su pequeña caseta: revistas pornográficas, periódicos y un apilado de platos sucios. ¿De qué empresa viene? MuestreSigue leyendo «La caseta»
La vida
Pasó por su lado, ni lo miró. Años más tarde, lo besó para luego, sellar su unión. Producto del amor, nació Julieta. Fue la mejor alumna del colegio. Estudió arquitectura, como el padre. Se casó a los 23 y engendró dos niñas preciosas. Aquella tarde gris, ambas niñas, dejaron flores de colores en el ataúdSigue leyendo «La vida»
El hombre de amarillo
Cruzamos la mirada un par de segundos. Luego lo perdí de vista. Llevaba una chaqueta amarilla, pantalón verde olivo y botas marrones desamarradas. Según el servicio de inteligencia, llevaba explosivos en todo su cuerpo. Cruzó dos controles policiales antes de ingresar al metro. Yo seguí para el sur, declaré. Verónica, una chica irlandesa deSigue leyendo «El hombre de amarillo»