Ritmo de la noche

Realizó un giro casi perfecto, luego saltamos,  y volteó a  la derecha mirándome fijamente a los ojos. Me sonrió.  No entendí por qué lo hacía.  Tocó mi muslo y luego la cintura. En algún momento pensé en un baile, pero luego lo oí  conversando  por teléfono con mi padre,  pidiendo miles de dólares por miSigue leyendo «Ritmo de la noche»